Leopoldo Lares: La importancia de los monjes para el vino
Los
monjes fueron los grandes preservadores del vino durante la Edad Media. Su
legado y prácticas se mantienen hasta nuestros días.
Leopoldo Lares: Los monjes y el vino, ¿por qué son importantes el uno para el otro? |
Un licor tan antiguo, exquisito y solicitado como el vino guarda dentro de sí tanta historia y secretos que a veces es difícil imaginarlos, alrededor de esta bebida han tomado protagonismo desde la religión hasta los científicos, políticos y empresarios. Justamente uno de los personajes a quienes se les reconoce hacer de la vid lo que es hoy día es a los monjes.
A
los monjes se les atribuye la responsabilidad de haber sido los grandes
preservadores del vino al menos durante la Edad Media, así lo señala una investigación realizada
por el profesor de la Universidad de Dresde, Alemania, Serafín Quero.
El trabajo asegura que recorre desde las primeras uvas del Cáucaso, en el monte
Ararat, hasta Egipto, Grecia y Roma.
Leopoldo Lares: Museo del vino en el Monasterio de Piedra . |
Quero
explica que con la llegada de los bárbaros parece que la uva encontró
su mejor refugio en los monasterios durante un largo periodo, hasta que
llegó su expansión hacia América, Suráfrica, Nueva Zelanda y Australia.
Lo
cierto es que el vino no faltaba en la mesa de los monjes y de esto sobran las
pruebas, por ejemplo, un trabajo presentado por el blog 20 Minutos explica
que entre las reglas dentro de su monasterio San Benito escribió:
“atendiendo a la debilidad de los flacos, creemos que basta a cualquiera una
hemina de vino al día”, esto quiere decir que correspondía 18,11 litros del
licor al día.
Así
mismo, el reglamento femenino de las santas Nunilo y Alodia permitía a
las monjas beber por lo menos la tercera parte de una hemina.
Leopoldo Lares: Bodegas de Irache, legado de los monjes. |
Registro
similar se tiene de los Benedictinos, quienes son reconocidos por
haber dejado constancia de sus acciones. Entre estas se valora su aporte y
aún en la actualidad se considera que han marcado huella en
bebidas como La Borgoña, Pommard, Clos de Beze, Cote de Dijon y Pouilly-Fumé.
Según
[Leopoldo Lares], hoy muchos enólogos agradecen y dan mérito al
trabajo que los monjes hicieron para y por el vino.
Por: Leopoldo Lares.