Leopoldo Lares: ¡ATENCIÓN! Los secretos de un buen catador de vino

Busca opiniones de expertos si no conoces de alguna materia. En cuanto a vinos, no te dejes llevar por el primero que se te ponga en frente. 

¿Nunca te ha pasado que cada vez que alguien entabla una conversación contigo acerca de vinos miras para otro lado? Déjate de esas cosas y pasa de ignorante del vino a bebedor con bases. Sigue estos consejos de Leopoldo Lares para no morir en el intento. 

1. Cómo saber qué vino estás tomando

Lo primero es diferenciar entre una cosecha, una crianza y una reserva. Diferenciar entre estas tres variedades y reconocerlos por su elaboración, color, aromas y sabor, es un buen punto de partida.

2. Nunca comentes

Cuidado con lo que dices. 
Fotograma "Entre copas"- elpais.com

- "Uy, este vino tiene posos” Los posos son depósitos en el fondo de color. Eso no quiere decir que un vino sea malo, eso se debe a una caída de color.

- “Este vino está malo”
Si quieres ser destruido por los acompañantes a ese evento, dilo. No hay vinos mejor o peor, es cuestión si te gusten o no te gusten.

3. ¿Todos los vinos mejoran con la edad?

Según el experto en vinos Luke Darracot: 

"Muchos piensan que mientras más envejecido, mejor. Pero la cosa no va así. Hay vinos que son mejores cuando se beben jóvenes. Ahora bien, la complejidad en el sabor que da el tiempo pasado en barrica significa que el vino será más caro, así que todo depende de cuanto te quieras gastar, los sabores y aromas que prefieras y lo que te pida el cuerpo en ese momento".

4. ¿Qué importancia tiene la barrica?

No tienes que comprar un vino costoso

"Las barricas europeas otorgan toques de tabaco y cuero a los vinos, así como de cedro y ahumados. Las barricas americanas transforman vinos redondos y aportan vainilla y especias", explica el propio Darracot.


Así que Leopoldo Lares te sugiere no caer en el mal hábito de "ir a comprar el vino más caro". Sé cuidadoso con el tipo de uva, no vayas directo a comprar las marcas más costosas solo por dar la apariencia ante el mundo.

Por Leopoldo Lares