Leopoldo Lares Sultán: Aprende a servir y disfrutar del vino
Disfrutar el vino, es toda una mística desde el momento de su solicitud hasta la última gota. Pero el miedo a hacer algo equivocado, hace que algunas personas no lo disfruten.
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Para evitarlo, te ofrecemos un vistazo de las cosas más importantes a tener en cuenta a la hora de servir el vino.
Cuestiones básicas a tener en cuenta
Comprobar la etiqueta
Luego de elegir una botella de la carta, comprueba que la botella es la solicitada. Esto evita que te sirvan lo que no has pedido, lo que no te gusta o una más costosa.
Romper la cápsula
Garantiza que la botella es nueva. Se rompe en el lateral, no en la parte que tiene debajo del corcho.
Si te ofrecen el corcho de la botella, tómalo y huélelo. Eso permite detectar algún problema en el vino. Si el corcho está muy húmedo, si huele a humedad o su aspecto no parece sano, solicita el criterio de quien sirve.
Prueba el vino
Lo primero es probar el vino antes de servirlo, para buscar algún defecto.
La temperatura
Nunca saque el vino de la bodega directo a la mesa. Una adecuada temperatura de servicio, según el tipo de vino, influye sobre su sabor permitiendo que su bouquet se exprese plenamente.
Decantado
Verter el contenido de una botella en un decantador o contenedor de vidrio, mejora la percepción del vino eliminando posibles residuos, y oxigenarlo permite que los aromas del vino se volatilicen expresándose.
En los vinos antiguos, la decantación los vivifica. Entre una a dos horas decantado se vuelve más suave y redondo.
Regla del servicio
Los vinos blancos se sirven antes que los tintos, los vinos jóvenes antes de las cosechas antiguas, los ligeros antes que los con más cuerpo, los secos antes que los dulces y los mejores vinos, esos especiales o únicos, siempre al final de la velada.
Cantidad
Para disfrutar el vino y la comida, debería servir entre 150 a 180 ml, o una tercera parte de la copa. En caso del vino espumante, la copa tipo flauta se sirve hasta las tres cuartas.
Copas
El vidrio debe ser transparente y liso. El pie debe ser largo para que los dedos puedan sostenerla sin tocar el cáliz, que debe ser grande para girar el vino y liberar sus aromas. No tome la copa por el cáliz evitando calentar el vino.
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